Federico Pinedo Socio Fundador
Cuando luego de la experiencia griega de 5 siglos antes de Cristo se volvió a hablar de democracia, durante el iluminismo, en los siglos XVIII y XIX, los autores se preguntaron cuáles eran los valores que servían de fundamento y de objetivo a la democracia. Viejos nombres, hoy poco visitados por quienes se autodefinen como intelectuales, pusieron su genio e intelecto en ello. Entre ellos estuvieron John Locke en Inglaterra, quien, tal vez por ser perseguido por su rey, definió la división de poderes y defendió la propiedad privada como garantía de la libertad de las víctimas de los autoritarios; John Stuart Mill, también en la isla, escribió sobre la soberanía del pueblo con su erudición extraordinaria; Montesquieu y Tocqueville lo hicieron en Francia, asombrado el último por el experimento popular e igualitario de los nacientes Estados Unidos; el práctico Mirabeau, lleno de brillo, defendió los mismos principios en la revolución francesa…